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De Navarra al Caribe: el viaje marino de un erizo de mar

Cuando hablamos de Paleontología o de fósiles, lo primero que a la gente le viene a la mente son los dinosaurios.  Aunque no generen tanta atracción como estos últimos, también hay otros grupos animales (filum) y fósiles de gran interés. Uno de ellos es el de los Equinodermos y el pasado año ha habido un descubrimiento a nivel mundial, el del erizo de mar Habanaster itzae, ¡qué, y en tierras Navarras!

Muchos pueden pensar que este hallazgo es el resultado de las investigaciones realizadas por paleontólogos profesionales, pero en realidad todo empezó con un hallazgo fortuito a manos de unos aficionados/amantes de la paleontología con curiosidad e interés. Hay que decir que este hallazgo no es el primero realizado por los aficionados a la paleontología y que tampoco será el último, ya que son muchos los aficionados con interés cultural y científico, no solo el de mero coleccionismo, los que aprovechan e invierten gran parte de su tiempo libre para la búsqueda y estudio de los fósiles. De todas formas, es necesaria la colaboración con los profesionales (geólogos y/o paleontólogos), debido a que, por lo general, los aficionados tienen un amplio conocimiento del terreno, pero presentan carencias en la metodología y el conocimiento científico, y necesitan ayuda, salvo excepciones. Ante esas dificultades es imprescindible la colaboración con los profesionales, compartiendo experiencia y conocimiento.

Así pues, es imprescindible la colaboración entre aficionados y profesionales, ya que esto no es un concurso y gracias a esta colaboración o sinergia será posible realizar mayores aportaciones a la sociedad y a la ciencia.

Equinoideo o erizo de mar

¿Pero qué son los erizos de mar o equinoideos? Es una clase perteneciente al filo de los Equinodermos. Son invertebrados con forma de glóbulo o disco, con un caparazón formado por unas pequeñas placas de carbonato y que presentan distribuidos por el cuerpo unas pequeñas protuberancias, donde se les ensamblan las espinas o radiolas.

Hontza Museoa (Mañaria, Bizkaia)

Los erizos de mar se dividen en dos grandes grupos: regulares e irregulares. Es un grupo que en la actualidad está formado por más de 1000 especies vivas y los primeros ejemplares que se conocen en el registro fósil son del periodo Ordovícico, es decir, entre 495-440 millones de años. El registro fósil de estos invertebrados es muy amplio gracias a que hace entre 250-205 millones de años, durante el Triásico, desarrollaron de una estructura o caparazón formada por placas de carbonato conocido con el término teca. Esto favoreció el desarrollo de un caparazón duro, lo que hace que la posibilidad de conservar el caparazón junto con los sedimentos al morir el organismo sea mucho mayor, por lo que tiene más posibilidades de fosilización, lo que ha permitido identificar hasta la fecha unos 1200 géneros fósiles de equinoideos.

Hontza Museoa (Mañaria, Bizkaia)

A pesar de que los erizos de mar tienen una estructura general similar, cada género o especie tiene sus variaciones para adaptarse a los diferentes ecosistemas, por lo que han colonizado desde zonas de baja profundidad (nivel del mar) hasta el medio batial (más de 2000 metros de profundidad). En general, los erizos de mar regulares viven en arrecifes marinos y en zonas de costa rocosa, mientras que los erizos de mar irregulares prefieren vivir en entornos de arena y fango. Tanto los unos como los otros se mueven por estos medios accionando las espinas.

Equinoideos fósiles y Habanaster itzae

Sin embargo, encontrar ejemplares enteros de erizos de mar y que éstos se encuentren en buen estado no suele ser lo más habitual. Normalmente se conservan espinas o partes de ellas y si están completas, debido al propio proceso de fosilización u otros procesos geológicos, muchas veces son frecuentes las deformaciones o la pérdida de parte de la estructura.

Radiolas a la izquierda y un fragmento del erizo regular Phalacrocidaris a la derecha.

Los ejemplares de esta nueva especie de equinoideo o erizo de mar denominado Habanaster itzae tienen una longitud de entre 7 y 15 mm, son redondeados y una de sus características más llamativas es que pueden contener dos o tres gonoporos. Decir que los gonoporos son parte del aparato reproductor del erizo de mar.

El ejemplar de la izquierda presenta tres gonoporos y el de la derecha en cambio, dos gonoporos.

El género Habanaster fue definido en 1924 por el científico J.M. Lambert y en el pasado estaba compuesto exclusivamente por la especie Habanaster sanchezi, descubierta solamente en Cuba. Decimos en el pasado, ya que recientemente se ha descubierto otra especie del género Habanaster: la nueva especie definida en tierras navarras con el nombre científico de Habanaster itzae. Hay que decir que, aunque el nombre del género fue establecido por Lambert, el nombre de la nueva especie rinde homenaje al lugar donde se ha encontrado el fósil: el municipio navarro de Iza/Itza. Por tanto, a nivel mundial, este género está compuesto por dos especies, y una, ha sido descubierta y nombrada precisamente en Navarra. ¡No es poco!

Ejemplar de Habanaster itzae nov. sp encontrado en la Cendea de Iza,Navarra.

El hábitat de esta especie de equinoideo era un mar profundo de hace entre 64 y 40 millones de años, lo que luego formarían tierras navarras. Tenía su hábitat, concretamente, en el talud submarino y en la llanura abisal al pie del mismo.

Propuesta de reconstrucción del hábitat del erizo marino Habanaster itzae.

El descubrimiento de la especie Habanaster itzae ha supuesto una revolución en la comprensión de este género. Hasta este descubrimiento de Navarra, el género Habanaster se consideraba una especie endémica del Caribe, que no habitaba en ningún otro lugar, mientras que ahora, casi 100 años después, su hábitat puede extenderse a los mares tropicales de una rama del Atlántico Norte situada en la época del Eoceno (64-40 millones de años), es decir, hasta las tierras de la Navarra actual. Si esto fuera poco, gracias a las nuevas dataciones realizadas se ha sabido que Habanaster itzae es del Eoceno medio (Luteciense; 48,6-40,4 millones de años), mientras que Habanaster sanchezi es de edad Eoceno superior (Priaboniense; 37,2-33,9 millones de años) y esto ha llevado a plantear una nueva hipótesis: que el género Habanaster se originó y desarrolló primero en la costa europea y después se extendió hasta el Caribe.

Por lo tanto, la paleontología nos muestra que hubo quienes realizaban viajes desde Navarra hacia el Caribe antes que nosotros, el ser humano.