Artículo temático

¿La línea de costa ha estado siempre ahí?

Cuando queremos disfrutar del mar todos tenemos nuestros rincones, como Lekeitio, Deba o Bidarte. O cualquier otro rincón oculto de nuestra costa. Pero, ¿y si al llegar a esos puntos no hubiera allí litoral?

Esos paisajes costeros actuales son muy comunes para nosotros y los tenemos muy interiorizados, pero no siempre ha sido así, ni siquiera en los últimos miles de años. De hecho, es cierto que las subidas y bajadas del nivel del mar que se producen diariamente por la acción de las mareas son habituales para nosotros. Sobre todo durante la temporada estival, cuando el espacio para colocar la toalla en la playa se reduce porque la frontera entre la superficie de agua del mar y el continente aumenta unos metros. Sin embargo, al margen de estos movimientos, los paisajes de nuestra costa apenas varían en general y la distancia del camino a las playas y a los acantilados es siempre la misma, ya que los encontramos en el mismo lugar cuando nos dirigimos a la costa

Foto: Paisaje costero actual en la zona de Otoio, con Lekeitio, la isla de Garraitz y la playa de Karraspio

Pero volviendo a la pregunta del título del artículo, ¿y en el pasado?

La pregunta debería ser un poco más precisa para poder dar una respuesta. La línea de costa puede moverse por dos motivos: por la subida o bajada del nivel del mar; o manteniendose inmóvil el nivel marino, ha sido la corteza terrestre la que ha sufrido modificaciones. Atendiendo a la primera, en los últimos 2,58 millones de años, en la época del Cuaternario (si tomáramos la historia de la Tierra sólo sería el 0,06%), el clima de nuestro planeta ha ido cambiando cíclicamente

Foto: Una de las curvas que indican el nivel global del mar.

Esto es lo que indica la información extraída de los sondeos realizados en el hielo de los polos y de los testigos de los sondeos extraidos de los sedimentos de los fondos oceánicos. Por todo ello sabemos que se han producido alternancias entre épocas frías y templadas a lo largo del tiempo, y como resultado, el nivel del mar ha sufrido altibajos a raíz de esta dinámica. Para conocer su evolución tenemos disponibles varias curvas del nivel del mar. Durante algunas épocos el nivel del mar ha estado incluso más alto que en la actualidad. Hace ~ 116000-129000 años, por ejemplo, se calcula que estuvo entre 5 y 10 m por encima del actual. Por el contrario, hace ~ 19000-21000 años, el nivel del mar se situó entre 125 y 134 m por debajo. En general, en los últimos ~ 128000 años, el nivel del mar sólo ha estado en la cota actual o por encima el 15% del tiempo. Por lo tanto, la situación actual podría considerarse prácticamente excepcional.

Las causas de estos cambios pueden ser diferentes. En primer lugar, hay que mencionar la intensificación y reducción de las masas de hielo en los continentes. En épocas frías, el agua que se evapora del mar queda atrapada en las masas de hielo de los continentes, por lo que no vuelve al mar. Por lo tanto, el nivel del mar desciende. En épocas templadas, las masas de hielo se funden y todo el agua que ha estado en forma de hielo vuelve al mar haciendo elevarse el nivel del mar. Una segunda razón es la expansión térmica del agua. En épocas templadas a calurosas, el agua ocupa un mayor volumen elevando la superficie, mientras que en momentos fríos el agua se contrae bajando el nivel del mar.

Por otro lado, el proceso denominado isostasia también provoca cambios en la línea de costa. Cuando existe una carga sobre la superficie terrestre (por ejemplo, grandes masas de hielo de épocas frías), la superficie terrestre se hunde. Cuando desaparece esa carga, la corteza tiende a ascender y volver de nuevo a su estado primitivo. Por ejemplo, en el último Máximo Glaciar, en el golfo escandinavo de Bothnia se acumularon unos 2500 m de hielo, mientras que en Norteamérica se acumularon unos 3000 m. Todo este peso hizo que la superficie continental se hundiera. Cuando esas masas de hielo se fueron derritiendo y al desaparecer el peso, la corteza sufrió una elevación volviendo de nuevo a su punto original. Otra razón pueden ser los movimientos tectónicos. En este planeta nuestro, dividido en placas tectónicas, los choques entre ellas, por ejemplo, podrían provocar una elevación de la superficie terrestre.

Como se ha mencionado anteriormente, se ha conseguido conocer cómo han variado en el tiempo las diferentes cotas del nivel del mar. Sin embargo, para saber exactamente cuál es la ubicación de la línea de costa en cada momento, aún faltaría desvelar otra pieza del puzle. Porque, por ejemplo, hace ~ 9800 años el nivel del mar estaba por debajo de los ~ -25 m en la costa vasca, pero ¿en qué punto se sitúa exactamente esa profundidad? ¿Más de 100 m, 500 m o 2 km al norte de la línea de costa actual? ¿Cómo es el relieve submarino?

Mediante sistemas instalados en barcos, por ejemplo, se puede conocer aquello que cubre el agua. Desde el barco se envían pulsos acústicos y una vez rebotados en el fondo del mar, la señal vuelve a recogerse en el barco. Sabiendo la velocidad de estas ondas acústicas y el tiempo transcurrido, se puede determinar la distancia entre el barco y el fondo del mar, y repitiendo este proceso una y otra vez, se puede deducir el relieve del fondo marino.

Por tanto, una vez conocidos los cambios del nivel del mar y el relieve submarino, podemos conocer estos paisajes del pasado y situar las antiguas líneas de costa. Hace ~ 9800 años, por ejemplo,

Foto: Posible apariencia de líneas de costa actual y hace ~ 9800 años

la línea de costa al este de Orio quizá no se alejara tanto de la línea de costa actual (excepto el área de San Sebastián, donde se situaría más allá de la isla de Santa Clara). Al oeste las distancias serían mayores. Entre Ondarroa y Mutriku, por ejemplo, la línea de costa estaría al menos ~ 1,2 km más al norte; y en Punta Galea, ~ 1,5 km. Por lo tanto, los paisajes costeros serían diferentes al actual. Si tuviéramos que retroceder en el Cuaternario, también entraría en juego la elevación de la corteza terrestre, pero eso lo dejaremos para una próxima entrega.

Referencias:

Boulton, G.S., Smith, G.D., Jones, A.S., et al. (1985). Glacial geology and glaciology of the last mid-latitude ice sheets. Journal of the Geological Society of London, 142, 447–474.

Murray-Wallace, C.V. and Woodroffe C.D. (2014). Quaternary sea-level changes : a global perspective. 504 pp.

Fox-Kemper, B., Hewitt H.T., Xiao C., Adalgeirsdottir G., Drijfhout S.S., Edwards T.L., Golledge N.R., Hemer M., Kopp R.E., Krinner G., Mix A., Notz D., Nowicki S., Nurhati I.S., Ruiz L., Sallee J.-B., Slangen A.B.A., and Yu Y. (2021). Ocean, Cryosphere and Sea Level Change. In Climate Change 2021: The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change [Masson-Delmotte, V., Zhai P., Pirani A., Connors S.L., Pean C., Berger S., Caud N., Chen Y., Goldfarb L., Gomis M.I., Huang M., Leitzell K., Lonnoy E., Matthews J.B.R., Maycock T.K., Waterfield T., Yelekci O., Yu R., and Zhou B.. (eds.)]. Cambridge University Press, Cambridge, United Kingdom and New York, NY, USA, pp. 1211–1362, doi:10.1017/9781009157896.011.

Galparsoro, I. (2012). Euskadiko itsas hondoko paisaiak aztertzen. Elhuyar aldizkaria, 291. 49-52 orr.

García-Artola, A., Stéphan, P., Cearreta, A., Kopp, RE., Khan, NS., Horton BP. (2018). Holocene sea-level database from the Atlantic coast of Europe. Quaternary Science Reviews 196, 177-192.

Lowe, J.J. & Walker, M.J.C. (1997). Reconstructing Quaternary environments, 2nd Ed. Longman, London.