Completada la exhumación de los restos que seguían en el monumento de los Caídos
Viernes, 18 de Noviembre, 2016 — CEST
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Desde primeras horas de ayer, tal y como ya anunció el alcalde, Joseba Asiron, el pasado 31 de agosto, empleados municipales, bajo la supervisión del equipo técnico de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, con el doctor forense Paco Etxeberria a la cabeza, procedieron a la exhumación de los restos enterrados bajo la cripta del Monumento a los Caídos. De madrugada se retiraron los de cuatro requetés, mientras que durante la tarde se extrajeron los tres restantes, el último el del general José Sanjurjo. Los restos de Emilio Mola fueron exhumados el pasado 24 de octubre.
En concreto, a las 00.00 horas en punto de ayer miércoles, se exhumaban los restos del primer requeté enterrado bajo la cripta, Pedro Martínez Chasco (Oteiza), a la sazón el representante de la Merindad de Estella, y en cuya lápida rezaba la leyenda Iba armado con la cruz, por su carácter religioso (fue párroco). A las 2.30 se procedió a la exhumación de la caja mortuoria con los restos de Jaime Munárriz, de Tutera, en cuya tumba se exhibía la inscripción Fue el primero en dar su vida, por ser el primer muerto de los requetés en la contienda. A continuación, se procedió a la retirada de la caja con los restos de Severiano Arregui Olalquiaga, vecino de Puente la Reina y el de mayor edad, ya que murió a los 62 años. En su día se enterró como representante de la Merindad de Pamplona, bajo la leyenda Venció a la edad con su espíritu. Con él fue desenterrado Joaquín Sota Garayoa, representante de la Merindad de Tafalla y oriundo de esa localidad, enterrado bajo la leyenda Murió cuando empezaba a vivir, ya que falleció con 15 años.
Junto a estas siete personas, todas ellas combatientes del bando golpista, se hallaba enterrado el general franquista Emilio Mola, hasta que fue exhumado hace tres semanas en estricta intimidad.
De la misma forma, sin medios de comunicación ni curiosos, tal y como recogía el convenio suscrito entre el Ayuntamiento y el Arzobispado, en la madrugada de ayer (los trabajos terminaron en torno a las 3.30 horas del miércoles), se procedió a la exhumación en la cripta de los Caídos. Los trabajos comenzaron el martes, cuando operarios municipales y de Aranzadi procedieron a la instalación del andamiaje previo y luego fueron sacando las cajas con los restos en presencia de familiares, miembros del Ayuntamiento, Aranzadi y el arzobispado.
Los trabajos de exhumación se realizaron con sumo cuidado y minuciosidad para no dañar las lápidas. De hecho, en la primera de ellas se intervino durante dos horas para comprobar el mecanismo de sellado, mientras que las tres restantes se hicieron de forma rápida. Los familiares solo pudieron estar presentes en la exhumación de su antepasado. Unos ocho acudieron por parte de la familia de Pedro Martínez Chasco, y 4 de la familia de Jaime Munárriz. De Severiano Arregui y Joaquín Sota no estuvieron presentes familiares. También fueron testigos de la exhumación el alcalde Asiron, varios empleados municipales y miembros de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, con Paco Etxeberria al frente, así como 5 representantes del arzobispado de Iruñea, entre ellos el vicario.