
Inauguración de la escultura de bronce del Bou Gipuzkoa en el Puerto de Donostia – San Sebastián

Aranzadi / Guerra Civil, Memoria histórica local
Domingo, 13 de Abril, 2025 — CEST
— Texto: Aranzadi
Lectura: 7 minutos
El puerto de Donostia cuenta desde hoy con un nuevo punto para la recuperación de nuestra memoria democrática mediante la colocación de una escultura en bronce que recrea el BOU Gipuzkoa. Esta escultura de 2,70 metros de largo y 40 cm de ancho, fue diseñada por el ingeniero naval Enrique Lekuona en base a los planos originales del barco aportados por el investigador Juan Pardo, y con la colaboración de la Sociedad de ciencias Aranzadi.
La escultura ha sido fundida en bronce por la empresa Alfa Arte de Eibar, especializada en creaciones escultóricas, este material gracias a la oxidación natural irá adquiriendo una pátina antigua. Reproduce el volumen y las características básicas del BOU Gipuzkoa, su casco, el nombre de GIPUZKOA en su proa y los elementos de artillería. A su lado, se ha colocado una placa explicativa. La ubicación de esta escultura se mimetiza con el paisaje del puerto colocado en un zócalo de la urbanización existente junto a la caseta del embarcadero de la isla y el mástil de la ikurriña que preside el puerto.
En el acto, organizado por la Asociación Matxitxako, ha participado el alcalde de Donostia Eneko Goia, la consejera del Gobierno Vasco, Amaia Barredo y la Diputada General Eider Mendoza, así como miembro de la Asociación cultural Matxitxako.
El alcalde de Donostia Eneko Goia ha señalado que la escultura “forma parte del mapa de la memoria que se está construyendo en Donostia, a través de elementos urbanos que encarnan la voluntad de nuestra ciudad de no olvidar nuestra historia”. Goia ha señalado que la Marina Auxiliar de Guerra de Euzkadi “jugó un papel heroico durante la Guerra Civil española, y a través de esta escultura queremos honrar la memoria y el nombre de quienes escribieron esta hermosa y trágica página de nuestra historia”.
En representación de la Asociación Matxitxako Oihane Pardo señaló “la importancia de la trasmisión de estas vivencias en los entornos familiares y la importancia de estos hitos de nuestra memoria histórica, como esta escultura de Bou de Gipuzkoa porque es necesario que en nuestros entornos urbanos quede anclada la dignidad de aquellas personas que formaron la Marina Auxiliar vasca”. También, realizó un repaso del itinerario de actividades realizados de forma altruista por todos los miembros de la Asociación Matxitxako a lo largo de estos 25 años.
Asimismo, agradeció a las instituciones vascas su apoyo y recalcó la necesidad de recoger este testigo de quienes estuvieron en la marina, para que las nuevas generaciones sepan defender la democracia, los derechos humanos y resistirse a las dictaduras.
En el acto también han participado familiares directos como Coro Sanchez, hija de un tripulante, que de un modo emotivo recordó cómo en su casa a su padre siempre le habían visto derrotado, tras el exilio y el triunfo del Franquismo. “Una vez fallecido acudí a la inauguración del monumento de Néstor Basterretxea en Matxitxako y me emocioné profundamente cuando vi cómo en aquel acto aumentó la dignidad de los pocos supervivientes de la Marina Vasca que estaban presentes. Me dio mucha pena que mi padre no hubiera estado presente en aquel acto de reconocimiento”.
Miren Egia, hija de Joaquín Egia, quien fue jefe de la Marina del Gobierno Vasco, acudió al acto desde Inglaterra, país donde se exilió su familia. Remarcó el orgullo de haber combatido contra los franquistas y posteriormente ayudar a los aliados contra la Alemania nazi.
Tras un aurresku y ofrenda floral tomó la palabra Amaia Barredo, consejera del Gobierno Vasco que señaló “que los puertos de nuestra costa además de tener una función económica y social, también contienen un patrimonio histórico de debemos mantener y más en este caso que está vinculado a nuestra memoria democrática como país”.
El acto fue clausurado por Eider Mendoza ha recordado que la historia la suelen escribir los vencedores –el franquismo no fue ninguna excepción–, por lo que ha destacado la importancia de seguir construyendo una memoria histórica democrática para tener “una fotografía completa del pasado” de nuestro país y contribuir así al arraigo de “una verdadera cultura democrática” en la sociedad guipuzcoana y vasca. “Para las administraciones públicas es un deber profundizar en la memoria, para después transmitirla, y hacerlo además de forma honesta y sincera”, ha afirmado. Según ha afirmado, el Bou Gipuzkoa y la Marina de Guerra Auxiliar de Euskadi en su conjunto, así como las cerca de 900 personas voluntarias que formaron “algunos de los episodios de mayor simbolismo y dignidad para nuestro pueblo” en el devenir de la Guerra Civil. “En una época como la actual, mientras las corrientes autoritarias y populistas avanzan en todo el mundo, el ejemplo de aquellas personas que defendieron el autogobierno vasco y la democracia son fuente de inspiración para toda la sociedad. Esta escultura, además de rendir homenaje y guardar la memoria de aquellos voluntarios, supone un alegato a la democracia y a nuestras libertades”, ha valorado.
Durante el acto el coro Donostia Ereski Abesbatza realizó varias intervenciones.
Marina Auxiliar de Euskadi
La Marina de Guerra Auxiliar de Euskadi fue creada en octubre de 1936 por el Gobierno Vasco, presidido por el Lehendakari José Antonio Aguirre, su objetivo era la protección del tráfico marítimo, de la pesca y la limpieza de minas en aguas vascas. De este modo, el Gobierno Vasco protegía su costa y a sus habitantes de los ataques el bando sublevado.
El grueso de la flota de la marina vasca estaba formado por 9 bacaladeros de altura a los que se les dotaron de artillería, con cañones de 101 milímetros. Fueron bautizados con los nombres de Bizkaia, Araba, Nabarra, Gipuzkoa, Goizeko, Iparreko, Donostia, Gasteiz e Iruña. A ellos se les añadieron pequeñas unidades armadas siendo de gran utilidad 27 pequeños pesqueros habilitados como dragaminas, y que mantuvieron limpios los accesos al puerto de Bilbao.
En la marina auxiliar participaron cerca de 600 personas y sus comandantes procedían de la marina mercante y fueron habilitados como tenientes de navío. Mostraron un alto grado de preparación y espíritu combativo, interceptaron mercantes alemanes con cargamento para los sublevados. Estos pesqueros artillados fueron conocidos como bous.
Estos bous participaron en numerosas misiones como escolta de buques mercantes que llevaban suministro a los puertos vascos, trabajaron sin descanso limpiando de minas los accesos de los puertos, como el de Bilbao.
El primer combate de la Marina Vasca tuvo lugar el 15 de noviembre de 1936 y se enfrentaron al destructor franquista Velasco, que tuvo que retirarse. La batalla más importante en la que participó la Marina Vasca tuvo lugar el 5 de marzo de 1937 y en ella tres bous, el Bizkaia, el Nabarra y el Gipuzkoa se enfrentaron al crucero franquista Canarias en la batalla de Matxitxako. El enfrentamiento terminó con el hundimiento del Nabarra en la famosa batalla de Matxitxako, de la que coge su nombre esta Asociación.
Asociación Matxitxako
Se ha centrado durante 25 años en recopilar documentación escrita, fotografías y testimonios orales de quienes formaron parte de la marina vaca y de sus familiares, Juan Pardo, miembro de la Asociación, realizó las publicaciones referenciales en este ámbito. Asimismo, se han realizado actos conmemorativos y de reparación en Bermeo, Plentzia, Lemoiz, Portugalete, Ibarrangelu, Getaria, Pasaia. Zumaia, Mutriku etc. También se han editado documentales y unidades didácticas. Es de referencia la escultura de Néstor Basterretxea, colocada en Bermeo. Esta nueva escultura del Bou Gipuzkoa culmina un nuevo punto de memoria en nuestra costa vasca.

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