Las mujeres de Aranzadi: Mertxe Labara, una mujer incombustible

Sus funciones fueron surgiendo según las necesidades, porque sin duda hubo que improvisar, siendo necesaria una gran cantidad de ilusión, incluso de imaginación para poder ir dejando atrás numerosos obstáculos. Proyectos, justificaciones, visitas y reuniones en diferentes Instituciones, papeleo y más papeleo. La eterna abanderada de Aranzadi.

Imaginemos una olla en la que ya se está cocinando el caldo elaborado a través de los años con productos de primera, pero donde faltan algunos ingredientes. El equipo administrativo de entonces, del que ella formó parte, se encargaba de encender el fuego, no olvidarse de la sal y cuidar que el producto final fuera lo mejor posible gracias al ingrediente estrella que ella siempre añadió: la comprensión humana.

Su férrea apuesta por la juventud con un objetivo claro: dar respuestas a las necesidades del personal investigador con diligencia, pero sin perder autoridad intentando al mismo tiempo aportar una seguridad. La meta no fue otra que reconocer el trabajo de todas y cada una de las personas que fueron y hoy formamos parte de Aranzadi.