25 jóvenes de distintos países han trabajado en la recuperación de la memoria histórica en el cementerio de las botellas

Aranzadi

Martes, 8 de Agosto, 2017 — CEST

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A la rueda de prensa a pie del yacimiento han acudido la consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales del Gobierno Foral, Ana Ollo, el Director General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos, Álvaro Baraibar, la Subdirectora de Juventud, Adela González, y el secretario general de la Sociedad de Ciencias Aranzadi Juantxo Agirre Mauleon.

El objetivo esencial del campo de trabajo ha sido proporcionar a los y las participantes un espacio integrador, sin exclusiones, para trabajar el conocimiento y convivencia entre iguales, el intercambio de experiencias, el trabajo en equipo, y la asunción de valores de paz, igualdad, solidaridad, y respeto a todas las culturas.


Consolidar la memoria histórica

Monitoras de Aranzadi han explicado la labor de recuperación y consolidación del fuerte, construido en 1937 y en cuyas inmediaciones se enterraron a personas que fallecieron a causa de las condiciones infrahumanas de la reclusión impuesta por los militares sublevados durante la Guerra Civil. De hecho, el nombre del cementerio se debe a que los cuerpos allí enterrados tenían botellas depositadas entre ambas extremidades inferiores, que originalmente contenían en su interior un acta de defunción.

La intervención ha consistido principalmente en la limpieza de la vegetación situada al interior del recinto y en todo el perímetro exterior colindante con el muro perimetral; el acondicionamiento del sendero de acceso y la consolidación de los muros perimetrales.

Con el objeto de ahondar en el discurso memorialista, los y las participantes han podido visitar otros lugares de la memoria como Gernika, y han acudido a una charla sobre las mujeres y la cárcel de San Cristóbal y a una mesa redonda con miembros de AFFNA, (Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra), entre otras actividades.

El Instituto de Deporte y Juventud ha puesto en marcha este programa en el Cementerio de las Botellas en colaboración con la Dirección General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos, y este campo de trabajo se enmarca en el proyecto Ezkaba, sustentado por el Gobierno de Navarra e instituciones y asociaciones memorialistas de todo el Estado, y que incluye, entre otras, la labor de localización de familiares que permitan identificar los cuerpos recuperados. Dentro de este proyecto se inscribe este campo que en palabras de Ollo, “pretendía proporcionar un espacio integrador, sin exclusiones, donde se potenciarán aspectos como el conocimiento histórico y la importancia de la memoria, y la convivencia entre iguales”Asimismo, "el campo de trabajo pretende ser una herramienta de transmision intergeneracional de la memoria de modo que entre todos construyamos una sociedad más justa, ética y democratica”.

Por su parte, Olatz Retegi, antropóloga social de Aranzadi, que lleva trabajando en proyectos nacionales e internacionales vinculados a la recuperación de la memoria histórica desde el 2013 y ha realizado labores de coordinación del campo de trabajo, señalaba que “después de dos semanas nos hemos conocido entre todos y el ambiente de trabajo ha sido excepcional”. Algunos participantes son historiadores, aunque también hay muchos ingenieros, que quieren “desconectar de su ámbito más esquemático y se interesan por lo acontecido en este lugar hace 80 años” según ha apuntado Retegi. El interés por la historia ha traspasado fronteras y en el equipo participan jóvenes italianos, mexicanos y taiwaneses.