Artículo temático

El lince en Euskal Herria

Una visión  o una realidad esquiva.

Verlo es difícil. Pero poder probar su presencia en Euskal Herria actualmente es casi imposible.

Algunos lo han visto en el valle de Erro, en Navarra, en los bosques de Euskal Herria, también en los Pirineos, cerca del Midi, en los valles de Aspe y de Ossau. Pero la pregunta que se hacen los investigadores es: ¿lo habrán visto realmente o será una visión imaginaria? un intento de volver a recuperar una especie de animal extinguida en nuestras montañas. Quizá un intento humano de no ver la realidad de estos animales, en peligro de extinción. Una necesidad del ser humano para quitarse la culpa por haber acabado con esta especie hace dos siglos.

El lince. El también llamado “tiguere” o “tigre” en los siglos XVII a XIX por la gente de aquella época. Un tigre que en aquel entonces era un animal dañino, una alimaña. El blanco de caza de los alimañeros que conseguían 60 reales por la pieza. Un animal maligno como lo era el gorrión, el jabalí, el oso, el lobo, la ardilla, el arrendajo, la comadreja, el cuclillo, el cuervo, el lirón, el murciélago, la nutria… especies de animales que por cultura popular eran considerados problemáticos en la sociedad rural tradicional.

Pero en aquella época ver linces por el Gorbea era relativamente sencillo, el más antiguo data de 1762 y desde esa fecha hasta 1777 aparecen reseñados hasta cinco tigres cazados en esa zona; las últimas capturas en las que se han conservado registros han sido en el área de Gorbea en Baranbio en 1801 y en Urkabustaiz en 1803; también podían verse en Lizartza (Gipuzkoa) donde la cita más moderna es la del año 1820.

Aquí se explica cómo se relató este hallazgo en 1776:

“Milla zazpieun, iruroguei ta hamasei-garren urte inguruan, catamotz izugarri bat arrapatu zuten Idiazabal-co artzaiac cepoan Aranzazu mendian. Eiz caltarquitsu au icusiric aiñ andia, nere aitac pisatu izan ceban guizon ascoren aurrean bera iruroguei ta emezortzi libra. Guztiz ceban colore gorri oritaraco ederra, bere picort beltch distiatuaquin unetic unera or emen chit egoqui apaingarritua; bañan beraren ortz aguiñac, sudurmintzetaco bizar lodi gogorrac, eta azcazal luce cacotu zorrotzac icusi ta beste baque, ezurretarañoco icara sartu zequioquean edoceñi” (Iztueta, Guipuzcoaco provinciaren condaira).

También hay citas del año 1837 en la que se menciona la caza de una “pantera” por parte de un vecino de Villanañe (Alaba), en los montes cercanos. Desde entonces el “tiguere” en nuestros bosques en principio es sólo un recuerdo.

¿Una visión o una realidad esquiva?

Todos los datos obtenidos apuntan a que la especie de lince que vivió en Euskal Herria era el lince boreal (Lynx lynx), una especie que habita actualmente en el centro y norte de Europa, los machos de esta especie alcanzan unos 25 kg y las hembras unos 20 kg. El pelaje es blanco y sin motas negras.

En el suroeste de la Península Ibérica aparece el conocido lince ibérico (Lynx pardina), una especie más pequeña que alcanza un peso de entre 10-16 kg, se caracteriza por su pelaje amarillento cubierto de manchas negras, cola corta con la punta negra y orejas terminadas en forma de pincel.

Pero algunos autores defienden la existencia de una tercera especie. Una especie a la que han puesto el nombre de Lynx spelaea o lince de las cavernas (descrito por Boule en 1919) y encontrado en el Pirineo Francés. Esta tercera especie sería de talla intermedia y la posible explicación de su tamaño entre uno y otro sería porque durante la última glaciación y como adaptación al frío, el lince ibérico aumentaría de talla. Por lo que parece que podría hablarse de 3 especies. Pero la mayoría de los restos de esta última especie se han atribuido a la época del Paleolítico Superior.

Algunos hallazgos en Euskal Herria

En 1980 un equipo de espeleólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi encontró en una sima en Pagolusieta (Gorbea) un esqueleto casi completo de un animal adulto de lince boreal (Lynx lynx), todavía no han podido precisar la época pero debe ser posterior a la neolitización del País, que tuvo lugar a partir del 3500 a.C.

En junio de 2007 en la Sima Serpenteko Leze de Mezkiritz (Valle de Erro) se rescataron dos cráneos de lince que al parecer podrían ser del s XIX, pero se está investigando y todavía no hay datos publicados sobre este hallazgo.

La presencia ancestral del lince en el Pirineo es un hecho indudable, a juzgar por las numerosas referencias paleontológicas e históricas publicadas, pero desde el primer tercio del s XX el lince está considerado como una especie prácticamente extinguida. Y la acción directa o indirecta del hombre ha sido al parecer la razón principal de esta situación. Ya sea por consideración de este animal como alimaña, y su posterior caza o la acción indirecta de la caza de conejos (principal fuente de alimentación de lince), han terminado con esta especie en nuestras montañas. Además hay que reseñar la aparición de la enfermedad de los conejos conocida como Mixomatosis que terminó con una abundante cantidad de conejos en el S XX, y que hizo flaco favor a la supervivencia del lince en aquella época.

¿Hay linces en Euskal Herria y en los Pirineos?

En la actualidad los avistamientos de linces en los montes del Valle de Erro en Navarra y en el Gorbea son abundantes, pero comprobar su presencia es otra historia. En el año 2000 en el Pirineo se han llevado a cabo diferentes estudios sobre el lince boreal. Los métodos utilizados en el estudio fueron los siguientes: recopilación y filtrado de los avistamientos, instalación de trampas fotográficas, seguimiento de ataques a rebaños de ovejas y análisis genético de excrementos. Se recopilaron un total de 43 avistamientos, de los cuales 10 eran muy fiables y 3 seguros. Estos últimos correspondientes al lince boreal.

Y los resultados fueron los siguientes: el trampero fotográfico no realizó ningún resultado positivo, uno de los ataques a ovejas estudiados parece haber sido producido por un lince, a juzgar por un tipo de lesión y los avistamientos realizados en las inmediaciones. Pero ninguno de los excrementos analizados genéticamente pertenece al género Lynx.

Los resultados obtenidos de los avistamientos no prueban la presencia actual de lince en el Pirineo pero se han considerado suficientemente relevantes como para continuar con las prospecciones e investigaciones.

Pero lo que está claro es que el lince boreal necesita espacios grandes de unos 100 km2 para vivir, y es una realidad que en Euskal Herria cada vez hay menos espacios abiertos de esa extensión. Por eso lugares como Escandinavia, Siberia, Rusia, Polonia, Los Cárpatos, Los Alpes… son lugares idóneos para este animal. En la zona de Gipuzkoa por ejemplo el lince no lo tendría fácil para vivir.

Así que sea la razón que sea para entender su desaparición, la realidad es que no se lo hemos puesto fácil a estos animales para mantenerlos cerca de nosotros, y si lo están desde luego no quieren que los encontremos.