La Diputación Foral de Gipuzkoa homenajea a los gudaris de Areces
Martes, 24 de Febrero, 2015 — CEST
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Los protagonistas del acto fueron milicianos y gudaris que combatieron en la batalla de Areces y familiares de estos. 78 años después, aquellos milicianos y gudaris que combatieron contra el franquismo han recibido el reconocimiento social e institucional.
El acto fue presidido por el diputado general Martin Garitano y el alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre. Junto a ellos estuvieron presentes representantes de los partidos políticos y asociaciones de familiares de milicianos y gudaris: PNV, PSE, CNT, EPK, Eusko Lurra y la asociación Cándido Saseta, entre otros.
La batalla de Areces transcurrió entre el 21 y el 23 de febrero de 1937. Una brigada del Ejército Vasco se trasladaron desde el País Vasco hasta Asturias encabezados por Cándido Saseta, combatiendo contra el franquismo en colaboración con el gobierno de la República Española. Los franquistas provocaron una gran masacre en la batalla, fallecieron, entre gudaris y milicianos, en torno a 200 personas.
“Finalizada la guerra, en la dictadura franquista no se dio ningún paso que esclareciera lo allí sucedido. El silencio prevaleció en los casi cuarenta años que duró la dictadura, y oficialmente se ocultó la historia de los perdedores, la de los republicanos. En la transición que le sucedió los gobiernos no han hecho grandes avances” recordó Marina Bidasoro, directora de Derechos Humanos y Memoria Histórica.
Había dudas sobre el lugar en donde estaban esos restos, algunos fueron trasladados a los cementerios de Gernika y de Derio, pero se extendieron las hipótesis de que allá mismo, en Areces, pudieran haber restos de docenas de personas.
En 2008, valiéndose de testimonios de habitantes de Areces, se encontraron los restos de Cándido Areces. Diputación Foral de Gipuzkoa y Ayuntamiento de San Sebastián pusieron en marcha una investigación para averiguar si se encontraban, también allí, los restos de otros milicianos y gudaris. “Diputación de Gipuzkoa y Ayuntamiento de San Sebastián firmamos un convenio y encomendamos a Aranzadi la documentación e investigación de la batalla de Areces, para que se esclareciera lo ocurrido con los milicianos y gudaris muertos” afirmó Marina Bidasoro.
Tras dos años de trabajos, no se han encontrado fosas comunes. Pero se ha documentado el suceso, se han recogido testimonios y ahora los familiares disponen de más información sobre lo allí sucedido. “No puede ser el final pues no ha aflorado toda la verdad, pero hoy queremos ofrecer a los familiares nuestro reconocimiento de aquel combate de gudaris y milicianos” añadió Bidasoro.
Tal y como recordó el alcalde de Donostia, "con este homenaje queremos aliviar una deuda histórica. Queremos homenajear a aquellos gudaris y milicianos que lucharon, y muchos murieron, en una durísima batalla por defender las libertades de Euskal Herria y los ideales de la República".
El resultado de esa investigación, auspiciada por Diputación Foral de Gipuzkoa y Ayuntamiento de San Sebastián, ha tenido su reflejo en un libro y un documental que se les ha entregado en testimonio a los familiares de los milicianos y gudaris.
El acto fue presidido por el diputado general Martin Garitano y el alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre. Junto a ellos estuvieron presentes representantes de los partidos políticos y asociaciones de familiares de milicianos y gudaris: PNV, PSE, CNT, EPK, Eusko Lurra y la asociación Cándido Saseta, entre otros.
La batalla de Areces transcurrió entre el 21 y el 23 de febrero de 1937. Una brigada del Ejército Vasco se trasladaron desde el País Vasco hasta Asturias encabezados por Cándido Saseta, combatiendo contra el franquismo en colaboración con el gobierno de la República Española. Los franquistas provocaron una gran masacre en la batalla, fallecieron, entre gudaris y milicianos, en torno a 200 personas.
“Finalizada la guerra, en la dictadura franquista no se dio ningún paso que esclareciera lo allí sucedido. El silencio prevaleció en los casi cuarenta años que duró la dictadura, y oficialmente se ocultó la historia de los perdedores, la de los republicanos. En la transición que le sucedió los gobiernos no han hecho grandes avances” recordó Marina Bidasoro, directora de Derechos Humanos y Memoria Histórica.
Había dudas sobre el lugar en donde estaban esos restos, algunos fueron trasladados a los cementerios de Gernika y de Derio, pero se extendieron las hipótesis de que allá mismo, en Areces, pudieran haber restos de docenas de personas.
En 2008, valiéndose de testimonios de habitantes de Areces, se encontraron los restos de Cándido Areces. Diputación Foral de Gipuzkoa y Ayuntamiento de San Sebastián pusieron en marcha una investigación para averiguar si se encontraban, también allí, los restos de otros milicianos y gudaris. “Diputación de Gipuzkoa y Ayuntamiento de San Sebastián firmamos un convenio y encomendamos a Aranzadi la documentación e investigación de la batalla de Areces, para que se esclareciera lo ocurrido con los milicianos y gudaris muertos” afirmó Marina Bidasoro.
Tras dos años de trabajos, no se han encontrado fosas comunes. Pero se ha documentado el suceso, se han recogido testimonios y ahora los familiares disponen de más información sobre lo allí sucedido. “No puede ser el final pues no ha aflorado toda la verdad, pero hoy queremos ofrecer a los familiares nuestro reconocimiento de aquel combate de gudaris y milicianos” añadió Bidasoro.
Tal y como recordó el alcalde de Donostia, "con este homenaje queremos aliviar una deuda histórica. Queremos homenajear a aquellos gudaris y milicianos que lucharon, y muchos murieron, en una durísima batalla por defender las libertades de Euskal Herria y los ideales de la República".
El resultado de esa investigación, auspiciada por Diputación Foral de Gipuzkoa y Ayuntamiento de San Sebastián, ha tenido su reflejo en un libro y un documental que se les ha entregado en testimonio a los familiares de los milicianos y gudaris.