Tras los restos de Cervantes

Antropología

Viernes, 16 de Enero, 2015 — CEST

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Esta investigación comenzó a finales de abril del 2014 y está impulsada por el Ayuntamiento de Madrid. El objetivo es esclarecer si los restos del autor de El Quijote yacen en el templo, según la tradición oral transmitida durante siglos entre las monjas.

El equipo, compuesto por 23 personas (forenses, antropólogos, especialistas en momias y textiles…) vuelve para inspeccionar las cinco zonas donde podrían hallarse los restos del escritor, delimitadas el verano pasado tras utilizar un georradar. Se hará especial hincapié en la cripta abovedada que, a 4,80 metros de profundidad, en un espacio de unos 70 metros cuadrados, alberga una treintena de nichos. Estos nichos son agujeros abovedados, de aproximadamente un metro largo de profundidad, dispuestos en filas de entre siete y cuatro oquedades, en número decreciente entre el suelo y el techo, y columnas de hasta cinco huecos. En uno de ellos podrían encontrarse los restos del dramaturgo, sepultado en 1616.

Todos los enterramientos murales están recubiertos por pequeñas paredes de ladrillo y revoco de entre 8 y 10 centímetros de espesor. Estos petos serán inicialmente perforados con incisiones de apenas un centímetro de diámetro. De este modo será examinado su interior mediante micro-cámaras versátiles, allí introducidas por las perforaciones. Estos aparatos son capaces de explorar tridimensionalmente la oscura entraña de sepulcros y ataúdes. Se estudiarán, los detalles que las cámaras permitan descubrir, como inscripciones, atuendos u otros elementos significativos, pero, en principio, cabrá descartar la mayor parte de los contenidos de los nichos. Se instalará además un laboratorio forense cuya función será la de facilitar in situ el examen de los restos óseos y otros vestigios hallados en los nichos.

Solo los restos de un adulto herido y desdentado serán exhumados. Cervantes dejó escrito días antes de su muerte a los 68 años de edad, que sus mandíbulas estaban ya “plenamente desdentadas”. Además, los vestigios óseos del novelista han de presentar el impacto visible de un arcabuz y una atrofia en su mano izquierda.

Fuente: El Pais