Aranzadi convoca una celebración virtual en defensa de la luz de las estrellas

Astronomía

Viernes, 17 de Abril, 2020 — CEST

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El 20 de abril de 2007, la Conferencia Starlight acordó promover cada año una campaña internacional con la que se quiere hacer un llamamiento a todas las entidades y organizaciones, tanto públicas como privadas, a que expresen su compromiso voluntario de preservar las cualidades del cielo nocturno.

Por ello, el departamento de Astronomía de Aranzadi se une a esta reivindicación este año de manera virtual, a través del canal Aranzadi de Youtube. Para ello, ha preparado una charla titulada el ABC de la contaminación lumínica el próximo 20 de abril a las 19:00 de la tarde, que se emitirá en directo en el canal de la Sociedad: AranzadiCiencia.

Además, Aranzadi invita a la población a que comparta sus fotografías del cielo la noche del 20 de abril y las suba a las redes sociales con el hashtag #elcielodesdecasa #zeruaetxetik. Y así unirnos entre todos a esta reivindicación.

Declaración en defensa del cielo nocturno

La Conferencia Internacional en Defensa de la Calidad del Cielo Nocturno y el Derecho a Observar las Estrellas escribió el siguiente decálogo en su declaración en el año 2007:

1. El derecho a un cielo nocturno no contaminado que permita disfrutar de

la contemplación del firmamento, debe considerarse como un derecho

inalienable de la Humanidad, equiparable al resto de los derechos ambientales,

sociales y culturales, atendiendo a su incidencia en el desarrollo de todos los

pueblos y a su repercusión en la conservación de la diversidad biológica.

2. La progresiva degradación del cielo nocturno ha de ser considerada como

un riesgo inminente que hay que afrontar, de la misma manera que se

abordan los principales problemas relativos al medio ambiente y a los recursos

patrimoniales.

3. La conservación, la protección y la puesta en valor del patrimonio natural

y cultural asociado a la visión del firmamento, representa un ámbito

privilegiado para la cooperación y defensa de la calidad de vida. Por parte de

todos los responsables, esta actitud implica un auténtico reto de innovación

cultural, tecnológica y científica, que exige realizar un esfuerzo continuado que

haga posible redescubrir el valor del cielo nocturno como parte viva de nuestro

legado patrimonial y de nuestra cultura cotidiana.

4. El conocimiento, apoyado en la educación, constituye la clave que permite

integrar la ciencia en nuestra cultura actual, contribuyendo al avance de la

Humanidad. La difusión de la astronomía, así como la promoción de los valores

científicos y culturales asociados a la contemplación del firmamento, deberán

considerarse como contenidos básicos a incluir en la actividad educativa en todos los ámbitos,

algo imposible de realizar si no se dispone de un cielo poco contaminado y de una apropiada formación de los educadores en estas materias.

5. Los efectos negativos sobre la calidad atmosférica de los cielos nocturnos

en los espacios naturales, causados por el incremento de las emisiones y

la intrusión de la luz artificial, afectan gravemente a muchas especies, hábitats y ecosistemas.

El control de la contaminación lumínica debe por lo tanto ser un

requisito básico en las políticas de conservación de la naturaleza, incorporando

esta dimensión en la gestión de las áreas protegidas, garantizando de forma

más efectiva la protección del medio natural y la conservación de la diversidad

biológica.

6.Habida cuenta que la noche estrellada forma parte integrante del paisaje

que la población de cada territorio percibe, incluyendo las áreas urbanas,

se considera necesario que las políticas de paisaje desarrolladas en los diferentes

ordenamientos jurídicos incorporen las normas correspondientes orientadas a la preservación de la

calidad del cielo nocturno, permitiendo así garantizar el derecho de todos a la contemplación del firmamento.

7. Ha de promoverse el uso racional de la iluminación artificial, de tal forma

que el resplandor que provoca en el cielo se reduzca a un mínimo aceptable,

evitando igualmente los impactos nocivos sobre los seres humanos y la vida en

la naturaleza. Las administraciones públicas, la industria de la iluminación y los

principales actores que inciden en la toma de decisiones, han de asegurar un uso

responsable de la luz artificial por parte de todos los usuarios, integrando esta

dimensión en la planificación y en las políticas de sostenibilidad energética, las

cuales habrán de apoyarse en mediciones de la contaminación lumínica, tanto

desde la tierra como desde el espacio. Tal actitud implica un uso más eficiente

de la energía en consonancia con los acuerdos sobre el cambio climático y la

protección del medio ambiente.

8. Los ámbitos privilegiados para la observación astronómica constituyen un

bien escaso en el planeta, y su conservación representa un esfuerzo mínimo

en comparación con los beneficios que aportan al conocimiento y al desarrollo

científico y tecnológico. La protección de la calidad de los cielos en estos espacios singulares deberá constituir una prioridad en las políticas medioambientales y científicas de carácter regional, nacional e internacional. Habrán de extremarse las medidas y disposiciones que permitan proteger tales espacios de los efectos nocivos de la contaminación lumínica, radioeléctrica y atmosférica.

9. Al igual que otras actividades, el turismo puede convertirse en un poderoso

instrumento para desarrollar una nueva alianza en favor de la calidad del

cielo nocturno. El turismo responsable puede y debe integrar el paisaje del cielo nocturno como un recurso a resguardar y valorar en cada destino. La generación de nuevos productos turísticos basados en la observación del firmamento y los fenómenos de la noche, abre posibilidades insospechadas de cooperación entre los actores turísticos, las comunidades locales y las instituciones científicas.

10. Los espacios pertenecientes a la Red Mundial de Reservas de la Biosfera,

los Sitios Ramsar, los declarados Patrimonio de la Humanidad, los

Parques Nacionales o las Reservas Naturales que combinan valores excepcionales naturales o paisajísticos dependientes de la calidad del cielo nocturno, están llamados a integrar la protección de los cielos limpios como un factor clave que refuerza su función de conservación de la naturaleza.