El Ayuntamiento de Errenteria comienza las investigaciones sobre la flora protegida en la futura Zona de Reserva de Añarbe

Botánica / Seguimiento y conservación de hábitats

Martes, 5 de Abril, 2022 — CEST

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En el mes de marzo han dado comienzo las primeras investigaciones científicas sobre la flora vascular de este bosque protegido. Anteriormente, a principios de la década del 2000, ya se efectuó una recopilación básica de la flora fúngica, analizando las especies de setas y hongos presentes en determinadas áreas municipales.

En esta ocasión, y ante la preocupación y el desconocimiento existente sobre el estado de conservación ecológico de las poblaciones de la flora local de este ámbito del Parque Natural y Zona de Especial Conservación (ZEC) de Aiako Harria (incluida en la Red Natura 2000), el Ayuntamiento ha contratado a la Sociedad de Ciencias Aranzadi para realizar las investigaciones científicas necesarias destinadas a conocer el patrimonio natural y las amenazas existentes sobre este espacio.

Añarbe es un monte de utilidad pública y de propiedad municipal desde tiempos inmemoriales. Posee una pendiente media del 60% y se sitúa en la cuenca directa del embalse de Añarbe, el cual abastece a más de la mitad de la población de Gipuzkoa. La presencia de herbívoros y de una cabaña ganadera autorizada de 500 cabezas de ganado ovino dispersas por los bosques, puede ejercer una presión importante sobre los hábitats forestales y la vegetación, ya que se alimentan de la flora de la futura Zona de Reserva. El ganado mayor (vacuno y caballar) no se autoriza debido a las posibles afecciones a los suelos y vegetación, por su peso y el gran volumen de su dieta vegetal.

Relacionado con ello, la Administración del Parque Natural y el Ayuntamiento han ido regulando los distintos usos y actividades que se vienen realizando en Añarbe: caza, vehículos a motor, uso de áreas recreativas, BTT, pastoreo extensivo, escalada, pruebas deportivas, senderismo… El objeto es reducir y minimizar la afección de éstos sobre los objetivos de conservación y la biodiversidad, para lo cual se vienen aplicando condicionantes normativos y limitaciones de manera permanente. Se trata de luchar contra el furtivismo, las actuaciones ilegales, las malas prácticas y las amenazas sobre los hábitats naturales y la flora y fauna salvajes.

Las Zonas de Reserva se definen como masas o bosques de alto valor natural o de conservación. Entre los atributos que acumulan se hallan la presencia de ejemplares de todas las edades, árboles grandes y viejos, un dosel de numerosas capas de vegetación y sotobosque, abundantes y grandes tocones, diversa comunidad de árboles, huecos en el dosel, microtopografía de pequeñas elevaciones causadas por el derribo de árboles, estructura compleja, amplio espacio entre árboles, y un incremento en la cobertura del sotobosque y amplia regeneración natural.

El estado de conservación ecológico de los hábitats forestales y fluviales del MUP Añarbe dista de su óptimo, aunque debido a que hace décadas cesó la tala de los bosques naturales en el área propuesta como reserva, permite implementar actuaciones tendentes a alcanzar un estado de madurez (su composición, su estructura y sus funciones) de los rodales forestales de la reserva.

En este sentido, se ha establecido a partir de 2022 una moratoria en el número de cabezas de ganado y ganaderos a autorizar en Añarbe, con el fin de poder evaluar los posibles impactos de esa presencia y poder determinar el volumen máximo de ganado y las áreas de pastoreo donde ubicarlo o confinarlo.