Scientist Stories
“Hay mucha afición por las aves, la gente quiere saber, quiere aprender a identificarlas”
Juan Arizaga. Donostiarra, licenciado en biología por la Universidad de Navarra donde también realizó la tesis doctoral sobre migración de aves. En un centro de investigación de Alemania cursó el postdoc. Y es el actual director del departamento de ornitología y de la oficina de Anillamiento, que cumple su 75 aniversario.
¿Cuándo empezaron a gustarte las aves?
Desde siempre he sido amante de las aves. Me gustaban los pájaros, los empecé a reconocer gracias a unas listas que había para niños. Mis padres al ver la gran afición que tenía en un cumpleaños decidieron regalarme unos prismáticos. De hecho, aquellos primeros prismáticos todavía los conservo. Me encantaba ver aves, recuerdo que me entretenía mucho fotografiándolas. Por todo ello, puedo decir que mi profesión ha sido muy vocacional, siempre me ha gustado la naturaleza, los animales, los bichos… desde pequeño tenía claro lo que quería estudiar. La fotografía como afición es otra de mis pasiones. Salir a la naturaleza y mediante las fotos llevarme un trozo de ella a casa.
¿Cuál fue tu primer contacto con Aranzadi?
Empecé con Aranzadi en el año 2002 porque tuve contacto con un anillador de Navarra, Daniel Alonso, que en aquella época anillaba en Aranzadi. Entre los dos se nos ocurrió un proyecto de anillamiento en Txingudi. Pensamos que debíamos contactar con la Sociedad de Ciencias Aranzadi porque en aquella época, en esa zona guipuzcoana, esta entidad había tenido mucha importancia en el ámbito de las aves. El objetivo era utilizar sus anillas, ya que, hasta ese momento, nosotros anillábamos con anillas del Ministerio. Fue una suerte porque tocamos la puerta de la Sociedad en un buen momento. Fuimos muy bien recibidos, tanto que ahí comenzó mi relación con Aranzadi una relación que dura hasta el día de hoy.
¿Cuál ha sido tu trayectoria dentro de Aranzadi?
Después de aquel primer contacto con Aranzadi en 2002, ya comenzamos a anillar con anillas de la propia Sociedad en Txingudi. En este lugar ya se había anillado en tiempos históricos, pero hacía tiempo que ya no se llevaba a cabo esta actividad, hasta que llegamos nosotros. En ese momento, cuando me hice socio, justo se estaba reestructurando la oficina de anillamiento, el departamento de ornitología…. Así que yo también contribuí a esa reorganización. De hecho, ya con 22 años escribí la normativa que hoy en día sigue vigente. En 2007 me nombraron director del departamento. La oficina de anillamiento poco a poco se fue reestructurando. Fue un momento muy importante porque también se creó la comisión de anilladores. Desde el principio se comentó la idea de intentar profesionalizar parte de la oficina a través de una secretaría a sueldo, ya que, no se podía hacer a nivel de voluntariado. Entre tanto, yo continuaba con mi proyecto de anillamiento en Txingudi, y poco a poco, se fue conformando el grupo de anillamiento de Gipuzkoa conocido como EAT, Estación de Anillamiento de Txingudi (www.eat.eus). A este proyecto empezó a acercarse gente, se fueron haciendo nuevas dinámicas, todo fue tomando su camino y se fue consolidando.
¿Qué es la Oficina de Anillamiento?
Para hablar de la Oficina de Anillamiento nos tenemos que remontar a 1949, aunque hay que recordar que ya tuvo unos primeros pasos antes de la Guerra Civil en el Museo de las ciencias naturales de Madrid, pero se trata de algo anecdótico. La oficina de anillamiento de Aranzadi es la oficina más antigua, ya que desde 1949 hasta hoy en día continúa en funcionamiento, es decir 75 años ininterrumpidos. Su función más importante es la gestión de la base de datos que se deriva del marcaje de aves con anillas remite Aranzadi. Estos animales viven mucho tiempo y están en constante movimiento, viajan kilómetros y kilómetros, por lo que generan muchas recuperaciones. Toda esa tramitación de la información con otras oficinas de anillamiento a nivel europeo también se realiza desde aquí. Además, se suministra esas anillas a los distintos anilladores que lo solicitan.
Desde la oficina de anillamiento también se forman nuevas personas anilladoras, se realiza el examen para garantizar que estén formados y así puedan marcar aves sin producirles ningún tipo de daño. Dentro del estudio de las aves una metodología esencial es el marcaje de individuos, ya que se trata del método más barato, eficaz y nada molesto. Precisamente, ese marcaje tiene que estar coordinado por una oficina. Si cada uno se dedicara a sus propias anillas sería un caos…porque habría cientos o miles de anillas diferentes y no se sabría ni con quién contactar. De esta manera, la oficina tiene un papel centralizador y coordinador.
“75 años dando servicio público desde la
Oficina de Anillamiento de Aranzadi”
¿Qué tareas realizas dentro de la oficina de Anillamiento?
Actualmente soy el director de la Oficina, podríamos decir el capitán del barco. El director debe tener una visión de conjunto, ya que, tiene que velar porque funcione la oficina a nivel de gestión, supervisar la labor de la secretaría, convocar las reuniones y asumir el liderazgo de la comisión de anilladores…
Otras de las tareas que están intrínsecas dentro del puesto de director son saber adjudicar, buscar financiación, representar a la oficina en Euring (organización coordinadora de Europa en anillamiento de aves) con distintas administraciones, mediar en caso de conflicto con anilladores, velar por el cumplimiento de la normativa. En definitiva, este puesto es el del máximo responsable de la Oficina de Anillamiento. Pero también ejerzo de director del departamento de ornitología de la Sociedad de Ciencias Aranzadi donde realizamos otro tipo de proyectos que se desarrollan al margen de la oficina. Por normativa el director de la oficina es el director del departamento.
"Soy un ornitologo de vocación y profesión. Serio en mi trabajo, exigente sobre todo conmigo mismo. Tengo una visión bastante científica de las cosas y de la vida. Eso lo traslado a mi forma de trabajar y ver la vida."
¿La gente de la calle conoce las aves y el trabajo que realizáis en el departamento de ornitología o en la oficina de anillamiento?
Afortunadamente las aves gustan más a la sociedad que otros grupos taxonómicos. Así, que en muchos de los proyectos que tenemos entre manos dentro del departamento intentamos divulgar y acercar estos animales a la ciudadanía. Llegar a la gente es fácil porque hay mucha afición por las aves. De hecho, cada vez hay más demanda, la gente quiere saber sobre aves, saber identificarlas.
¿Qué importancia tiene la oficina de anillamiento en Aranzadi?
Es una de las señas de identidad de la Sociedad. La historia de la oficina va en paralelo a la historia de Aranzadi. Representa la esencia más pura de lo que ha significado Aranzadi a lo largo de su historia. La oficina se creó con voluntarios y se ha mantenido de manera altruista durante prácticamente toda su historia. Sólo se ha profesionalizado una parte más administrativa y de gestión. El grueso de los anilladores siguen siendo voluntarios. De esta manera podemos decir que estamos a caballo entre la sociedad civil y el mundo académico. Y este es precisamente el nicho de Aranzadi. La Oficina es un proyecto que engloba a muchísima gente voluntaria que tiene pasión por las aves, por estudiarlas y por la ciencia. Gente que lo hace en su tiempo libre y que pone sus recursos. Por otro lado, está la parte profesionalizada que es la que engrasa todo eso y que hace que todo eso funcione. La que aporta la calidad necesaria de todo ese trabajo. De hecho, tiene una proyección no solo a nivel local sino estatal e internacional. Nuestras anillas son conocidas por todo el ámbito internacional, porque nuestras aves se mueven por todo el mundo. También estamos vendiendo la marca Aranzadi a todos los niveles. Tenemos mucho peso. La Oficina de anillamiento es un proyecto absolutamente identitario, como pocos a ese nivel.
¿Qué futuro vaticinas?
El futuro lo veo bien. Ahora estamos celebrando los 75 años de la Oficina de anillamiento, así que tenemos que seguir cumpliendo años. Para eso, no te puedes relajar, siempre hay amenazas, pero también oportunidades. Estamos abordando proyectos de calado a futuro, que ya se están haciendo. Soy optimista. Estamos consolidando los equipos, no hay tanta dependencia de mí como director. Cada vez los miembros del equipo están adquiriendo más responsabilidad. Somos conscientes de la complejidad que hay a nivel de oficina y departamento, pero soy optimista, está bastante encarrilado. La principal amenaza nuestra es, como siempre, la falta de financiación. Tenemos una dependencia bastante amplia del apoyo de las instituciones públicas. Pero bueno, este es el mal general de la biodiversidad. También hemos abierto nuevas líneas de trabajo que nos ayudan a autofinanciarnos, se podría tener menos dependencia, pero siempre la vamos a tener porque es absolutamente vocacional y de servicio público. Una oficina no es un negocio, sino un servicio que hay que mantenerlo y no se puede dejar caer.
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