
La importancia de lo pequeño

Herpetología / Seguimiento y conservación de hábitats
Sabado, 1 de Febrero, 2025 — CEST
— Texto: Aranzadi
Lectura: 6 minutos
Cada año, el 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales (DMH), para conmemorar la fecha de la firma del Convenio de Ramsar, relativo a la conservación de estos ecosistemas, el 2 de febrero de 1971. El objetivo de esta efeméride es visibilizar y crear conciencia acerca del valor de los humedales para la humanidad y el planeta.
Aprovechando este Día conmemorativo, la Sociedad de ciencias Aranzadi quiere recordar la importancia ecológica que tienen los pequeños humedales frente al cambio climático y presenta a través de un video el proyecto que ha llevado a cabo durante el año 2023 y 2024 llamado MIKROKLIMA. Un desafío que reúne una serie de proyectos en torno a los microhumedales y su relación con el cambio climático.
Este proyecto, liderado por la Sociedad científica Aranzadi, se ha realizado gracias a las ayudas de Kutxa Fundazioa, dentro de su programa de desafío ecosocial; y ha tenido como entidades aliadas a Naturklima, de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Instituto Vasco de Investigación para el Desarrollo Agrario NEIKER y el laboratorio de naturaleza Ziba Science Resources.
MIKROKLIMA
En palabras del director del proyecto, el herpetólogo de Aranzadi Carlos Cabido “los microhumedales son especialmente sensibles al cambio climático, porque son pequeñas masas de agua que en seguida pueden notar los efectos de un aumento de la temperatura o una escasez en la pluviosidad. Además, pueden ofrecer ciertas ventajas para combatir el cambio climático porque se encuentran muy repartidos por todo el territorio y funcionan como refugios climáticos”.
Un equipo multidisciplinar formado por científicos, biólogos y expertos en la conservación han trabajado conjuntamente durante dos años y han estado realizando diferentes experimentos entorno a las charcas y microhumedales que han estudiado, tanto en zonas urbanas, como en el medio natural.
El proyecto está dividido en diferentes fases: investigación, construcción de charcas y divulgación.
En relación a la investigación científica, se ha centrado en el efecto que está teniendo este cambio climático en las especies adaptadas a este biotopo concreto, es decir el pequeño humedal. Para ello se han investigado los invertebrados, anfibios, mosquitos y la vegetación del entorno. Esta labor la han realizado científicos de NEIKER, Aranzadi y el laboratorio de naturaleza ZIBA.
En relación a los invertebrados, se ha realizado un seguimiento de las especies de arañas, escarabajos acuáticos y odonatos que se encuentran en las charcas, para poder entender el papel que juegan en la conservación.
Entre los distintos resultados obtenidos Alberto Castro, entomólogo de Aranzadi ha destacado que “en Osinbiribil (Irun) en una pequeña charca urbana ha aparecido un escarabajo acuático que está amenazado el Graphoderus cinereus . Esto da cuenta de lo importantes que son estos pequeños microhumedales urbanos para nuestra biodiversidad”.
En relación a los mosquitos se ha realizado un experimento a través de los llamados mesocosmos, en los que se reproducen sistemas naturales de manera más controlada, para así poder entender el comportamiento de los mosquitos. Acerca del mosquito tigre concretamente, Aitor Cevidanes, científico de Neiker hace hincapié en que “no se han encontrado larvas de mosquito tigre en estos microhumedales, de hecho el mosquito tigre se ha adaptado a encharcamientos de muy muy poco volumen de agua, evitando también charcas con presencia de depredadores, siendo esa su estrategia de supervivencia”.
En el caso de la vegetación Ana García del Bao, botánica de Aranzadi explicaba que no debemos entender la conservación como algo que se realiza solo en zonas estrictamente protegidas, sino que la conservación de la biodiversidad es algo que debe contemplarse en todo el territorio. Ejemplo de ello es el caso de la planta llamada Berula erecta. “Esta especie se encuentra en el Catálogo de Especies Amenazadas “en peligro de extinción” y la tenemos localizada cerca de una charca, en un entorno totalmente urbano, en un polígono industrial. Esto da cuenta de la importancia que tiene la protección de las zonas urbanas.
En relación al grupo más amenazado de vertebrados del planeta, es decir, los anfibios, el equipo liderado por Carlos Cabido ha realizado varios experimentos sobre aspectos ecológicos concretos. Antxon Alberdi del Laboratorio Ziba ha investigado los microorganismos intestinales del tritón palmeado de distintas charcas ubicadas en Gipuzkoa. Según Alberdi, “gracias a los experimentos realizados podemos saber la capacidad que cada una de estas comunidades de bacterias aporta a cada población animal para adaptarse a vivir en esa charca”.
Otra de las especies investigadas en MIKROKLIMA ha sido el tritón pirenaico en cuyo caso se ha comparado una población de alta altitud con una de baja altitud, y se observan diferencias en cuanto a los microorganismos intestinales encontrados en distintas poblaciones.
Fondo de carbono voluntario de Gipuzkoa
Además de estudiar cómo el cambio climático afecta a las especies que dependen de estos humedales uno de los objetivos del proyecto MIKROKLIMA ha sido la construcción de charcas. Este objetivo se ha cumplido también gracias a la implicación de Naturklima y el Fondo voluntario de carbono de Gipuzkoa. Xabier Esteban, director de Naturklima explicaba que “a través de la herramienta financiera del fondo de carbono las empresas privadas realizan una aportación económica para registrar su huella de carbono y así compensarlo a través de proyectos de mejora del medioambiente y la conservación, como es el caso de MIKROKLIMA”.
La red Eskoletako Urmaelen Sarea
Dentro del proyecto MIKROKLIMA se han estandarizado los protocolos para investigar las charcas que pertenecen a la conocida Red de Eskoletako Urmaelen Sarea. En palabras del herpetólogo de Aranzadi Ion Garin “este proyecto educativo dirigido a los centros escolares tiene como objetivo dentro de Mikroklima, la investigación de mosquitos, anfibios, odonatos, vegetación e invertebrados de las 50 charcas que se encuentran repartidas por Euskal Herria y que conforman la Red de Eskoletako Urmaelen Sarea”. Unos protocolos estandarizados que alumnos y profesores han realizado conjuntamente.