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La Navarra papelera a través de su historia

La Navarra papelera del siglo XIX. Un caso singular: la historia de las fábricas San Miguel y Pastaola a orillas del río Larraun (1870–1896), de los investigadores Víctor Placencia Mendia y Marino Ayala Campinúnha sido publicada por la Sociedad de Ciencias Aranzadi y reúne documentación inédita, filigranas originales y testimonios sobre la vida laboral y social en torno a las papeleras navarras. Con ello, busca acercar a la ciudadanía un legado industrial en riesgo de olvido.

Para conocer los primeros testimonios de fabricación de papel en Navarra hay que remontarse hasta bien avanzado el siglo XVIII. Hasta entonces el papel consumido en Navarra procedía de Aragón y de molinos papeleros del suroeste francés.

¿Cuáles son los primeros testimonios de fabricación de papel en Navarra?

Debemos remontar hasta bien avanzado el siglo XVIII; hasta entonces el papel consumido en Navarra procedía de la vecina Aragón y de molinos papeleros del suroeste francés, actuales Pirineos Atlánticos.

Así lo confirman las filigranas localizadas en los diferentes documentos.

  1. Pamplona. Hemos de situarnos en lo que fuera el antiguo Molino de la Pólvora, propiedad de la Corona, en le termino de Juslarrocha, actual Arrochapea, que en 1733 quedó destruido como consecuencia de una fuerte explosión. Fue reconstruido en 1745, pero se dejo de producir pólvora por el peligro que suponía para la ciudad. La Junta del Hospital Genera de Nuestra Señora de la Misericordia de Pamplona adquiere el molino en 1753. Contactan con Jaime Fabrega, vecino de Gerona, para habilitar un molino papelero, el primero en Navarra. En 1755 salían las primeras resmas (1 resma = 500 hojas) de papel elaborado de forma manual (pliego a pliego), estando al cargo de la producción Jayme Xesques. En 1799 ocupaba a 22 personas produciendo 6000 resmas anuales, que suponía el 1,7% de la producción española. A comienzos del siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia, fue destruido el molino. En 1816 se destinó a actividad alfarera y a mediados del siglo XIX, la familia Alzugaray lo reconvirtió en molino harinero.
  2. Aoiz. En el primer tercio del siglo XIX, Jose Antonio Guirior transformó su fábrica de curtido de pieles en fábrica de papel manual en Agoitz, Opera hasta 1845 aproximadamente.
  3. Villava. En 1847 la Sociedad Colectiva "Viuda de Ribed e Hijos" , aprovechando antiguas instalaciones del molino trapero de Atarrabia, instalan una fábrica de papel mecanizado en continuo mediante mesa plana tipo Fourdrinier. A partir de 1872 comienzan al fabricar papel a partir de pastas celulósicas de pasta mecánica producidas a partir de la madera. Villava, junto con Sarria de Ter en Gerona fueron las primeras fábricas de España en elaborar pasta mecánica a partir de madera.
  4. Leitza. En 1826 cuenta con un molino papelero junto a una antigua ferrería; es la fabrica Errezuma, sita en el barrio de Erasote, teniendo última referencia de esta fábrica en 1876. Sus papeles cuentan con interesantes filigranas
  5. Bera. Se tiene una escueta referencia de una fábrica de papel a mano en 1864 operada por José Joaquín Agesta Echenique.

¿Cómo se fabricaba el papel entonces?

La fabrica de San Miguel en Arruitz (1870-1896), produce papel mecanizado en continuo mediante mesa plana tipo Fourdrinier. Este sistema ya operativo en varios países europeos, se implantó en España en 1840 y fue precisamente en la zona de Tolosa de donde se expandió a gran intensidad y velocidad.

La fábrica de Pastaola en Latasa (1892-1896) se creó como auxiliar para proveer pastas celulósicas a la fábrica de San Miguel.

El salto de elaboración manual del papel, hoja a hoja, hacia la fabricación mecanizada en continuo, llevó a una gran escasez de materia prima celulósica que procedía de los trapos (plantas anuales de lino, cáñamo y algodón principalmente). Esta gran necesidad obligó a desarrollar las pastas celulósicas procedentes de la madera (pastas mecánicas y pastas químicas).

¿Quiénes invertían el dinero en esto?

Hemos querido destacar la ejecutoria de Epifanía Irazusta Arzadún, que rompió los marcos tradicionales en los que una mujer burguesa de su época era educada. Muy a pesar de los continuos e intensos obstáculos que tuvo que sortear en su ajetreada trayectoria empresarial, demostró una gran capacidad de emprendimiento a la hora de reconvertir un negocio en decadencia –la antigua ferrería- en otro que representaba la modernidad –el papel mecanizado en continuo-, empleando capitales propios. Por su parte, Tomás Berasaluce Orbe, un técnico muy capaz que trabajaba como jefe mecánico en la papelera La Guipuzcoana, de Tolosa, animado por la coyuntura reinante en el sector papelero, recurre a la fórmula de la autofinanciación, invirtiendo capitales familiares y de relaciones cercanas, en lo que es una práctica generalizada y constante en la industria guipuzcoana de la época, para adquirir y poner en marcha la fábrica San Miguel.

Doña Epifania Irazusta Arzadun, ¿quien fue?

Natural de Lizartza - Gipuzkoa, 7-04-1829. De familia papelera, su padre fue el creador de la antigua papelera La Confianza, en Txarama-Tolosa en 1856; en 1900 pasó a denominarse Papelera Araxes, que operó hasta su cierre definitivo en 2006. Mujer. Fundadora de la papelera San Miguel en 1870 en el término de Arruitz (Valle Larraun). Era la cuarta de nueve hermanos; se casó a los 19 años con Juan Antonio Yeregui, tuvo 3 hijos y una hija, esta fallecida con 1 año. Enviuda con 25 años, tras 6 años de matrimonio y queda al cargo de sus 3 hijos varones y de la fábrica de papel San Miguel. Desconocemos donde vivió tras deshacerse de la fábrica, ni a qué edad falleció; estimamos que entre 1910 - 1920. Doña Epifania fue una persona de gran bondad, muy enérgica, emprendedora, muy religiosa y sobretodo de mucho coraje.

¿La tecnología y maquinaria de dónde venía?

La fábrica de San Miguel se pone en marcha equipándola con las avanzadas nuevas tecnologías de la época para fabricación de papel en continuo. Esta tecnología deriva de la vecina Tolosa, en la cual la fabricación de papel en continuo se ha establecido y crecido a gran ritmo.

A su vez, Tolosa ha importado toda esta tecnología de elaboración de papel mecanizado en continuo mediante mesa plana Fourdrinier de la vecina Francia, concretamente de Angulema.

La fábrica de pastas Pastaola en Latasa, también va equipada con avanzadas tecnologías apropiadas para obtener pastas a partir de la madera, dejando atrás el uso de trapos y restos de agricultura de las plantas anuales como paja y esparto.

¿Cuántas personas trabajaban en estas fábricas?

Se ha podido probar documentalmente, al menos, y sólo para la segunda etapa, la que transcurre entre noviembre de 1887 y el verano de 1896, los nombres y apellidos de 205 personas que vivieron en la colonia de la fábrica San Miguel. De ellas, está probada la presencia de 64 empleados y obreros diferentes, ya que no está registrada la presencia de mujeres en la fábrica. En cuanto a su origen, salvo los tres primeros años de la citada etapa, en que el componente guipuzcoano es mayoritario, lo que tiene su lógica, ya que los promotores de la fábrica de papel continuo San Miguel van a contratar a personal especializado procedente de Gipuzkoa, en concreto de Tolosa, para reiniciar la actividad, la población va a ser, con fluctuaciones, mayoritariamente navarra.

Hacer reseña a la colonia industrial navarra

Desde la concepción del proyecto fabril, en 1870 y su ejecución posterior, podemos considerar a la fábrica San Miguel como la primera colonia industrial de Navarra. Se trata de un modelo de organización socio-laboral implantado en las industrias de la época como un todo prácticamente autosuficiente, con la fábrica como núcleo central y un recurso residencial anejo para empresarios y trabajadores así como otras instalaciones o espacios comunes gestionados por la empresa, que derivará en un paternalismo industrial de baja intensidad, sustentado sobre el capital, la familia y la religión.

Su razón de ser, de puro orden práctico, descansa sobre el hecho de que la fábrica dependía para el accionamiento de sus máquinas de una fuente de energía abundante y gratuita, o cuando menos barata, y al ser ésta de origen esencialmente hidráulico, conllevaba, buscando las mejores condiciones orográficas, su ubicación en un punto del cauce fluvial alejado de los núcleos urbanos o directamente en zonas rurales.

Apartado de filigranas papeleras: ¿que son y para que sirven?

Las filigranas, o marcas al agua, son inscripciones o logos, que en forma de bajo relieves, se incorporan al papel aún húmedo justo en el preciso momento que se está formando la hoja de papel sobre la tela. Normalmente son inscripciones con el nombre del fabricante, la población de la fábrica, la calidad del papel, o logos y marcas comerciales con que se identifican las diferentes fabrica.

También las filigranas son incorporadas al papel para aportar seguridad a los documentos (notarias, acciones, timbres del estado, papel sellado, etc) e incluso en el papel moneda.

La filigrana es un elemento muy determinante a la hora de dotar de autenticidad a un documento; incluso nos ayuda a datar escritos en papeles donde, por cualquier circunstancia, se desconoce la fecha del documento.

Las fábricas de papel en Navarra han tenido sus filigranas, especialmente las fabricas de Errezuma en Leitza o la de Aoiz.

Vida societaria.

En la primera época (1870-1887), no se constituye ninguna sociedad para explotar la fábrica de papel continuo San Miguel; Epifania Irazusta, como promotora, la deja en arriendo a la empresa tolosarra Sesé, Bandrés y Echeverría, asentada ya en el negocio papelero.

Lo cierto es que este proyecto industrial va a estar lastrado por el comienzo de la Segunda Guerra Carlista (1872-1876)

Se desconocen las causas exactas que concurrieron en el fracaso de esta iniciativa industrial, pero lo cierto es que ceso en 1879 y hubo que esperar hasta 1887 para que se dieran los primeros paso para recuperar de la actividad papelera en Larraun.

En esta segunda etapa, se advierten con más nitidez los rasgos del moderno capitalismo con la constitución de la sociedad Berasaluce, Barrena y Compañía, promovida por capital netamente guipuzcoano, primero, en noviembre de 1887, y de la sociedad anónima La Papelera Vasco-Navarra, después en marzo de 1892. Destacando esta última por ser la séptima sociedad anónima que se constituye en Navarra y acoger, a diferencia del paso previo, además de la entrada de capital guipuzcoano, la entrada de capital navarro, con origen en la burguesía agrícola e industrial pamplonesa, que se traduce en un mayor número de socios y de capital aportado, permitiendo un desarrollo mayor de la actividad industrial.

Es preciso resaltar que en el caso de estas empresas, a diferencia de lo acaecido en otras empresas papeleras nacionales, mantienen una estructura empresarial más clásica, dominada por los empresarios de corte local, con un gran componente familiar, más tradicionales, con un volumen de negocio y facturación más próximo.

¿Qué quedan de estos restos en la actualidad?

Casi todas aquellas construcciones de actividad papelera han desaparecido en su gran mayoría, si bien, tanto de San Miguel como de Pastaola quedan algunos restos tales como: la emblemática chimenea y la recia casa antigua de los ferrones, pero sobretodo restos variados de infraestructuras hidráulicas.

Son interesantes indicadores a conocer y conservar para mantener la memoria de lo que hace 150 años allí existió.

Escasos restos de patrimonio industrial en trance de desaparición, al que hay que añadir el alto desconocimiento de la ciudadanía. Ello conlleva a una pérdida de valor para generaciones presentes y futuras.

Mediante este libro se pretende trasladar a la ciudadanía que este patrimonio industrial supone una seña destacada de su identidad, por lo que se ha de saber apreciar y valorar en su medida, con el fin de poder conservar y divulgar su historia.

Otras fábricas navarras de la época?

Durante el periodo que operaron las fabricas de San Miguel y Pastaola en el último cuarto del siglo XIX existieron otras dos fabricas contemporáneas: "La Navarra" en Villava/Atarrabia con maquina de papel mecanizado en continuo y fabricación de pastas celulósicas (pasta mecánica) a partir de la madera, y en Altsasu la papelera "Alsasua" también de papel mecanizado en continuo.

La Navarra papelera del siglo XXI

La Navarra papelera actual sigue conservando una importante actividad papelera, contando con siete centros de producción, a saber: SOFIDEL en Buñuel, SMURFIT KAPPA en Sangüesa, GRUPO SONOCO en Tudela, SOLIDUS en Villava, LECTA en Leitza, ESSITY en Allo y SAICAPACK en Viana.

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