Ranavirus, el coronavirus de los anfibios, llega al PaísVasco
Sabado, 27 de Febrero, 2021 — CEST
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Los análisis sobre muestras de ejemplares de tritón palmeado que aparecieron muertos en el Alto Nervión, inmediaciones de la sierra Aizkorri Aratz, Parque Natural de Izki y arenal de Uribe Kosta a lo largo de los últimos años han dado positivo para este virus, que produce hemorragias y necrosis, y que no sólo afecta a anfibios, sino que también es capaz de infectar y matar reptiles y peces.
El virus está presente tanto en zonas no protegidas como protegidas; entre éstas últimas el Parque Natural de Izki, e incluso se han dado brotes en Parques Nacionales como el de Picos de Europa. Mientras que la presencia de este virus parece depender principalmente del trasiego humano, los brotes y la mortalidad masiva se ha comprobado que están relacionados también con otros factores, como la contaminación o el cambio climático. Todos ellos de origen humano.
Estos factores desencadenan la mortalidad al estresar a los anfibios y provocarles una inmunodepresión, que les hace vulnerables al Ranavirus. Algunos expertos relacionan el deterioro del medio ambiente con la proliferación de zoonosis, como la que está detrás de la actual pandemia de Coronavirus.
Ahora que la presencia de esta nueva amenaza ha sido constatada en nuestro territorio, es aún más necesario mantener un seguimiento de las poblaciones de anfibios para tratar de prever y paliar los efectos de estos otros factores desencadenantes y detectar a tiempo eventuales brotes.
En este sentido la Sociedad de Ciencias Aranzadi es pionera al mantener desde hace años la monitorización del estado inmunológico de algunas poblaciones de anfibios en Euskadi. También ha elaborado y participa en el plan de seguimiento de las poblaciones de anfibios que comunidades autónomas próximas, como la de Navarra, ya llevan a cabo. La presencia de este virus y otras enfermedades emergentes mundiales, como la famosa quitridiomicosis, pone de manifiesto la importancia de los planes de seguimiento de especies, tanto amenazadas (como la rana ágil o el tritón alpino), como de aquellas comunes, como el tritón palmeado.
Estas últimas pueden favorecer su propagación por su abundancia, pero también puede provocar su aparición y transmisión la suelta en el medio natural de especies exóticas como pueden ser los tritones que se venden para acuario.
Aunque habitualmente los anfibios no suelen aparecer en los medios de comunicación, son el grupo vertebrado más amenazado, estando el 41 % de sus especies en declive. La pérdida de hábitat es su principal amenaza, pero la citada
introducción de especies exóticas invasoras y las enfermedades emergentes se han convertido en las amenazas más preocupantes. Estas últimas provocan extinciones locales en muy poco tiempo, incluso de especies comunes. Además
del recién detectado Ranavirus, en Euskadi también se ha constatado la presencia del hongo quitridio, responsable de más de 200 extinciones en las últimas décadas en todo el mundo. Un segundo hongo, estrechamente emparentado con el anterior y que va diezmando poblaciones de salamandra común en Europa, también ha sido detectado en la Península Ibérica.
Impedir la expansión de estas enfermedades emergentes es un objetivo prioritario para la conservación de los anfibios a escala global. Para ello es imprescindible la implicación de la Administración e invertir en prevención,
creando protocolos de higiene para personas que transiten medios naturales, especialmente humedales, y evitando todo lo posible la manipulación de ejemplares de anfibios.