Esta fortificación presenta una planta muy regular, un decaedro o polígono de 10 lados formado por dos cortinas dobles en forma de tijera en los laterales y sendos tambores semicirculares en los extremos. En éstos últimos estarían habilitados seguramente las piezas de artillería. El conjunto presenta unas dimensiones aproximadas de unos 84 m en el eje E-O y de 58 en el N-S, con una superficie de unos 4.100 metros cuadrados. Disponía de un foso para protegerlo, y sus muros o parapetos muy seguramente serían de tierra con alguna empalizada de madera.
No se han encontrado datos históricos que permitan establecer la cronología de este fuerte, si bien los indicios apuntan a que fue construido en la época de las Guerras Napoleónicas (hacia 1810). Su objetivo era controlar el Camino Real, la principal vía de comunicación entre la Península y Francia, y a través del cual discurrió el grueso principal del ejército francés (más de 300.000 hombres), sus suministros, correos, prisioneros, etc. Durante la Guerra Civil la colina fue escenario de fuertes combates por parte de sus defensores republicanos atacados desde la zona de Bedoña, y su conquista provocó la caída de Arrasate en manos de los fascistas (26 de septiembre de 1836).
Su descubrimiento se llevó a cabo de una manera fortuita en la primavera de este año por parte del biólogo Jesús Ángel Arrate, especializado en los conflictos decimonónicos. Tras ello el Ayuntamiento ha encargado a la Sociedad de Ciencias Aranzadi en colaboración con Arrasate Zientzia Elkartea la ejecución de un detallado proyecto de documentación y valoración patrimonial del conjunto.
El Fuerte de Kurtzetxiki es un gran desconocido del que carecemos prácticamente de datos sobre sus características constructivas, cronología y evolución experimentada. A pesar de ello es un excelente ejemplo de fortificación militar de época contemporánea de los que se han conservado muy pocos ejemplares en todo el País Vasco. Un recurso patrimonial que se encuentra ahora al alcance de los arrasatearras.