Éxito de ocupación en las cajas nido colocadas en los parques donostiarras

Ornitología

Martes, 1 de Diciembre, 2020 — CEST

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La mayoría de especies que ocuparon las cajas-nido del proyecto Hirilife que lidera Aranzadi, fueron el Carbonero común y el Herrerillo común. Ambas, grandes consumidoras de insectos, sobre todo orugas, por lo que son una herramienta muy eficaz para combatir las plagas de muchas especies de árboles y plantas, como la procesionaria del pino, u otras.


Envejecimiento activo y ciencia ciudadana

La Sociedad de Ciencias Aranzadi, a través del grupo de voluntarios adscritos a HIRILIFE, organiza distintos equipos de personas dispuestas a colocar y revisar cajas-nido para aves insectívoras “son grupos de personas concienciadas con el medioambiente, muchas de ellas de avanzada edad, que de manera voluntaria ayuda a los ornitólogos en sus investigaciones científicas aportando datos sencillos, pero indispensables para nuestros proyectos sobre biodiversidad urbana”, comenta Juan Arizaga, director del departamento de ornitología de Aranzadi.

En total, más de 30 participantes colocaron y/o revisaron 220 cajas-nido, algunas colocadas directamente por Aranzadi y, otras, a través del Ayuntamiento de San Sebastián en el marco de un programa de control biológico de procesionaria. Estas cajas fueron repartidas en 14 parques o zonas ajardinadas: Aiete, Aitzol, Amara, Ametzagaina, Añorga, Cristina-Enea, Errondo, Zorroaga, Universidades, Polloe, Puio, Serafín Baroja, Txaparrene y Urgüll.

“Durante la primavera de 2020 se pudieron revisar 202 cajas y se comprobó que un 45% habían sido ocupadas, lo que supone en alto éxito”, afirma el director del departamento. Hay que tener en cuenta que tasas de ocupación por encima de un 25% ya se consideran muy buenas. Las especies que ocuparon estas 91 cajas fueron el carbonero común (75%) y el herrerillo común (25%).

Al analizar los datos con más detalle, los investigadores de Aranzadi descubrieron que la probabilidad de ocupación está condicionada, sobre todo, por el hábitat que existe en torno a la caja en un radio amplio (500 metros). Las variables que reflejan el hábitat del entorno inmediato de la caja (radio de 25 metros) son, por el contrario, mucho menos influyentes. En conjunto, la probabilidad de que una caja sea ocupada aumenta si en el hábitat circundante abundan las zonas arboladas y los bosques. Es decir, las cajas que se sitúan en los parques más urbanos tienen menos probabilidad de ser ocupadas, posiblemente debido a que los carboneros y los herrerillos son, también, más escasos en estos entornos tan urbanizados. Está por ver, no obstante, si con el tiempo estas cajas más ‘urbanas’ acabarán también siendo ocupadas.

El proyecto HIRILIFE, tiene como objetivos globales la investigación de la biodiversidad urbana y el impulso de la participación de la ciudadanía en el desarrollo de proyectos de conservación en medios urbanizados (para más detalles ver www.hirilife.eus). Al fin y al cabo, la mayor parte de la población vive en entornos urbanos, por lo que es en estos ámbitos, en sus parques y jardines y edificios, donde por un lado, debemos empezar a dar a conocer que también existe biodiversidad en nuestros pueblos y ciudades y, por otro, debemos promover que éstos sean cada vez más permeables y amables para la vida salvaje.