Inaugurada en Errenteria una exposición sobre naufragios

Arqueología

Viernes, 11 de Enero, 2019 — CEST

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Ana Benito y Javier Mazpule, miembros de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y de Arkeolur, como especialistas en aspectos marítimos y principalmente naufragios, llevan años trabajando en este tema, desde las actuaciones arqueológicas en el yacimiento subacuático de Iturritxiki (en la bahía de Getaria), hasta la publicación del libro ‘Naufragios en la Costa Vasca: 1976-2016’.

Parte de la información recogida en este libro ha permitido el montaje de varias exposiciones, en Errenteria, Donostia, Arrantzaleen Museoa de Bermeo y Castro Urdiales.

Actualmente, estudian los accidentes marítimos entre 1900 y 1975, y para rememorar estas navegaciones truncadas han preparado la exposición que ahora inauguran. Ha sido realizada gracias a la colaboración de Lau Haizetara y bajo el patrocinio del Ayuntamiento de Errenteria.

La muestra contiene paneles profusamente ilustrados, con mapas de situación del naufragio y vitrinas con objetos rescatados de los siniestros y otros elementos de la vida marítima.

Muestran naufragios que refieren sucesos de guerra en el Cantábrico, como la del mercante francés ‘Lyndiane’, torpedeado y hundido, en 1918, por un submarino alemán. En el inicio de la Guerra Civil, en 1936, para inutilizar el puerto de Pasaia, ante la llegada de las tropas sublevadas, los republicanos cruzaron el mercante ‘Jata Mendi’ en la bocana. El emblemático bou ‘Nabarra’ de la Marina Auxiliar de Euskadi, que tras un combate durísimo y desigual, fue hundido en 1937 por el Crucero ‘Canarias’, en la conocida batalla de Matxitxako. El enigmático ‘Hochheimer’, mercante del III Reich, que fue torpedeado por un submarino británico frente a Matxitxako, en 1944.

Siniestros que impactaron en la sociedad de Iparralde, como el del velero sueco ‘Padosa’ arrastrado a la playa de Biarritz en 1907, o la del vapor carbonero ‘Knebworth’ que fue destrozado en 1930, por una súbita borrasca, junto al faro de Biarritz.

Sufrieron los embates del temporal el vapor pesquero ‘Mamelena’ y el velero astur ‘Ricardo’ que terminaron varados en La Concha (Donostia), en 1924.

El mercante ‘Mina Mary’ que debido a una densa niebla encalló y se hundió junto a Matxitxako. El pecio que está a 35 m, muy visitado por los submarinistas, es el que figura en la tarjeta de la exposición.

Siniestros dramáticos de pesqueros como el sucedido en 1949, cuando el ‘Lurdesco Ama’ y ‘José Ignaciorena’ de Getaria y el ‘Amesti Mendi’ de Orio quedaron quilla al sol y murieron un tripulante en cada uno de ellos. El también oriotarra ‘Virgen Carmeli’ que, en 1952, volcó en la barra de Orio ahogándose parte de la tripulación. El hundimiento en alta mar del ‘Edison’ pesquero del puerto de Bermeo, en 1972, o el del pesquero ‘Petracho’ que impactó junto al Castillo de Santa Isabel en Pasai Donibane, en el año 1944.

Las dos terribles galernas del siglo XX, también, están recogidas en la exposición. La de 1912, que asoló principalmente a Bermeo y la de 1961 con los naufragios de los pesqueros ‘Izarra’ de Getaria y ‘Mirentxu’ de Donostia.

Esta muestra pretende ser un homenaje a todas las tripulaciones naufragadas y a los medios de salvamento. Se pretende además reflotar estos barcos para que vuelvan a navegar por nuestra memoria, como elementos de nuestro patrimonio marítimo.