Praileaitz I: Pasado, presente y futuro

Arqueología

Lunes, 22 de Mayo, 2017 — CEST

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A la presentación han acudido María José Telleria, directora de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa; Pedro Bengoetxea, alcalde de Deba; y Xabier Peñalver, Sonia San Jose y Jose Antonio Mujika-Alustiza, editores del libro. Este monográfico constituye el primer tomo de la publicación seriada Munibe Monographs. Anthropology and Archaeology Series, impulsada por la Sociedad de Ciencias Aranzadi con la ayuda de la Diputación Foral, ayuntamientos del territorio y otros agentes privados.

Editado por el director de esta excavación y de este proyecto de investigación Xabier Peñalver, y por la arqueóloga Sonia San José y el Doctor en historia Jose Antonio Mujika-Alustiza.

Para hacer posible los trabajos de campo y de laboratorio ha sido necesario contar con un equipo multidisciplinar dirigido por el arqueólogo Xabier Peñalver y formado por 38 investigadores que pertenecen a 20 departamentos y centros de diferentes países europeos.

El proceso de elaboración de este libro comenzó a la par que el proyecto de investigación, hace más de 17 años, en el año 2000. El monográfico está disponible en una edición en papel y una versión digital de acceso libre, que se puede consultar en la página web de Aranzadi en su totalidad o por artículos (https://www.aranzadi.eus/munibe-monographs-anthropology-and-archaeology-series-1). En palabras de Peñalver, lo más importante en una excavación arqueológica es aquello que te ofrece información para reconstruir el pasado. Según el arqueólogo “en la cueva de Praileaitz I, un lugar indudablemente en el que se han desarrollado actividades de tipo cultual o ritual, el hallazgo más importante ha sido una serie de 29 colgantes, en su mayor parte de piedra negra y decorados, agrupados en concentraciones o collares, así como lápices de ocre y otras piezas de arte mueble. Además, habría que destacar el hallazgo de pinturas rupestres en el interior de la cavidad.” El investigador ha querido agradecer a un equipo “siempre dispuesto a desarrollar todos los aspectos del trabajo” y ha recalcado el apoyo recibido por personas “de gran valor del mundo de la cultura y la educación de toda Europa.”

De todo ello, también se hablará el próximo viernes 26 de mayo en la charla Praileaitz I: pasado, presente y futuro, a las 19:00 en el Koldo Mitxelena.



Cronología de un hallazgo



El monte Praileaitz, en el que se abre la cueva de Praileaitz I, contaba en su origen con una forma cónica y estaba atravesado por un numeroso conjunto de cavidades, muchas de las cuales han sido destruidas a causa de la explotación del lugar por una cantera, activa aún hoy en día, y que ha dejado reducido el monte citado a tan sólo una pequeña parte de su periferia. Uno de estos lugares desaparecidos es la cueva de Praileaitz II, excavada por el procedimiento de urgencia entre los años 1988 y 1989. Su posterior voladura quedó reflejada en varias fotografías tomadas desde las cercanías.

La suerte de la cueva de Praileaitz I, descubierta en 1983, iba a ser la misma que la de la cercana ya citada. Tras el encargo de excavarla hasta el vaciado total de su sedimento arqueológico sería engullida por la cantera de grava existente en el lugar.

Los importantes hallazgos de colgantes líticos correspondientes al Magdaleniense Inferior agrupados en conjuntos, así como otros elementos de arte mueble, lápices de ocre utilizados, hogares, etc. que apuntaban a que aquel fue un lugar en el que se habrían desarrollado actividades de tipo cultural o ritual, no libraban a la cueva de su destrucción según el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco. Había que proseguir con los trabajos hasta vaciar el yacimiento y después dejar el camino libre a su desaparición.

Pero durante ese proceso de excavación se descubrieron en una de las zonas más profundas de la cavidad varios conjuntos de pinturas rupestres paleolíticas. Y ello significó que por ley, la cueva no podría ser destruida. A partir de ese momento comenzó la elaboración de decretos de protección: 50 metros máximo a partir de las galerías “conocidas”. No se contabilizaban (ni se contabilizan hoy en día) las grandes galerías colmatadas con sedimentos fértiles al no haber sido aún excavadas. A día de hoy, tras un temporal aumento de la protección a 65 metros, ha vuelto a los 50 metros. Mientras tanto, y tras una interrupción de dos años, el equipo investigador sigue excavando desde el año 2012 en las galerías colmatadas en las que además de abrir nuevos espacios se han alcanzado niveles correspondientes al Paleolítico Medio.


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